jueves, 24 de noviembre de 2016

Fisiopatología - Helicobacter pylori

La colonización por Helicobacter pylori induce una respuesta hística en el estómago, la gastritis superficial crónica donde se infiltran en la mucosa células mononucleares y polimorfonucleares. Este bacilo produce una respuesta persistente del sistema inmune estimulando la producción de anticuerpos locales y sistémicos, así como respuestas mediadas por células. Aunque estas resultan ineficaces en la erradicación del microorganismo. La mayor parte de los pacientes no presentan manifestaciones clínicas frente a esta infección, en el resto que si las presentan existe una combinación de factores como las diferencias de las cepas bacterianas, susceptibilidad del hospedador a la enfermedad y factores del entorno.

La isla cag es un grupo de genes que codifican un sistema de secreción bacteriana, por medio del cual una proteína específica, CagA, es translocada al interior de las células epiteliales. CagA afecta la transducción de señales de células del hospedador e induce cambios proliferativos, del citoesqueleto e inflamatorios; lo anterior deriva en un adenocarcinoma gástrico. El sistema de secreción también logra la translocación de componentes solubles de la pared de peptidoglucanos, al interior de las células del epitelio gástrico. Estos componentes son reconocidos por el receptor bacteriano Nod1 intracelular, que estimula una respuesta pro inflamatoria a base de citocinas, todo esto maximiza el efecto de la inflamación gástrica. Los pacientes con enfermedad ulcero péptica o adenocarcinoma gástrico tienen mayor probabilidad de ser colonizados por cepas que tienen cag que las personas sin las dos entidades patológicas. 

Otras proteínas bacterianas que causan procesos patológicos son las adhesinas BabA y SabA y genes en los que aún no se determina un mecanismo de acción específico. Los polimorfismos genéticos (receptores tipo toll) presentes en los pacientes desencadenan una mayor activación de la respuesta inmunitaria innata. Los cofactores ambientales influyen en la patogenia. Factores secundarios agrava los mecanismos patógenos de las úlceras y adenocarcinomas gástricos en personas con infección por H. pylori como el tabaquismo, consumir alimentos con cantidades elevadas de cloruro de sodio, conservadores; por el contrario los alimentos con antioxidantes y vitamina C son benéficas en la protección de la mucosa gástrica. 

La gastritis que se presenta de manera predominante en el antro muestra una relación con ulceras duodenales, mientras que la pangastritis o gastritis aguda quizá sea el antecedente de ulceras y adenocarcinoma gástricos. Esta diferencia podría explicar el hecho de que los pacientes con ulceras duodenales no tengan gran riesgo de presentar adenocarcinoma gástrico en etapas ulteriores de la vida, a pesar de estar colonizados por H. pylori. La inflamación inducida por H. pylori disminuye el número de células T que producen somatostatina, encargada de inhibir la liberación de gastrina, y así evitar la liberación de ácido en exceso. La mayor secreción de ácido contribuye a la formación de metaplasma gástrica, con lo que se intenta proteger la mucosa, esta es evidente en el duodeno. La metaplasma gástrica en el duodeno puede ser colonizada por H. pylori y producir inflamación y ulceras. La inflamación del cuerpo gástrico denota que produce menos acido (hipoclorhidria), a pesar de la hipergastrinemia. Generalmente las ulceras gástricas aparecen en la unión de la mucosa antral y la del cuerpo del estómago, mostrando inflamación parcial en esta área. 

El cáncer gástrico surge por daño progresivo y persistente del DNA y la supervivencia de clones de células epiteliales anómalas. Se cree que el daño del DNA está causado por las especies reactivas de oxigeno y de nitrógeno producidas por células inflamatorias. El adenocarcinoma gástrico presenta cambios graduales como gastritis, atrofia gástrica, metaplasma de tipo entérico y displasia. Un segundo tipo difuso de adenocarcinoma gástrico puede surgir de manera directa al persistir una gastritis crónica.

Bibliografía:
  • Longo DL, Kasper DL, Jameson JL, Fauci AS, Hauser SL, Loscalzo J. Harrison Principios de Medicina Interna. 18va ed. McGraw-Hill. 2012.
  • Kumate J, Gutiérrez G. Infectología Clínica.17va ed. Méndez Editores. 2013.

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